En esta serie de imágenes busque representar una variedad de criaturas que estén insertas dentro de la cultura popular y el imaginario visual de la actualidad es por eso que se retoman imágenes con motivos míticos como lo son baphomet, pasando por el folclor mexicano y japones hasta llegar al desarrollo mas propio de mis monstruos.

El desarrollo y génesis de estas piezas se ve inserto en mi interés por abordar temas de criaturas acompañados o haciendo alegoría de mis propias reflexiones en torno al miedo que tengo de distintas situaciones o a la representación de sentimientos y emociones como un acto que parecen algo  monstruoso y aterrador que no es mas que ese algo difícil de afrontar.

Comenzamos el recorrido de esta serie con Baphomet, una de las diversas formas que toma el demonio en el consciente colectivo y que bien puede ser una representación figurativa del mal. La inspiración inicial para la realización de este dibujo viene de mi interés particular de la obra de las diversas representaciones del macho cabrio en la pintura y obra de Francisco de Goya, en su interés por el ocultismo, las brujas y los aquelarres.

La inspiración compositiva y visual de la imagen proviene de un auto retrato realizado por el greco mismo de donde extraigo la pose e indumentaria que adorna a la figura y que a diferencia de la pieza del greco, el semblante de la criatura expresa maldad como si este estuviera planeando algo o siendo artífice de alguna travesura.

En el diccionario de símbolos de Diderot se hace una reflexión en torno al uso de cabezas de animales sobre puestas en figuras antropomórficas como una manifestación de la culpa propia del autor y en el caso particular de esta pieza surge como un recordatorio de aquello que evitamos ser pero que inevitablemente somos y que constantemente se hace presente para dejar en claro que también somos nosotros.

El Rokurokubi, monstruo del folclor japones, caracterizado por su semejanza con las serpientes, cuello largo su habilidad para cambiar su rostro por el de un oni. Se dice de estas criaturas que durante el día habitan la tierra como humanos y por las noches aterrorizan, devoran y beben la sangre de las personas.

Me interesaba abordar esta criatura pensándola como un símil a la figura de Baphomet, pues es en lo oscuro, en lo desconocido y en aquellos lugares físicos y propios se oculta donde se esconde lo terrible. Para los rokurokubi los actos atroces que desencadenan no son mas que sueños o recuerdos difusos de algo que según ellos nunca hicieron.

La muerte, por que le tengo miedo a la muerte, gracias y saludos 

Caso similar a lo que Diderot indica en su diccionario de símbolos, la elección del animal es deliberada, me alejo un poco del mito original del nahual para abordar un miedo hacia el amor, hacia su cualidad de ser un nexo que establecemos y que brinda cuidado y al mismo tiempo es también un herramienta de control. Casi como una correo.

Se que es triste pensar en la manera en la que uso el símbolo del perro, pero para mi son animales que por su propia naturaleza parecen estar condenados a amar, a pesar las palabras, los tratos, los lugares, las personas